1. Márcate un presupuesto. Poca gente lo hace y es la manera más efectiva de gastarte únicamente lo que quieres-tienes. Si no, acabarás echándote las manos a la cabeza cuando empieces a sumar el total de los tickets...
2. Haz una lista de deseos. Ve fichando lo que te gusta de la temporada y apunta aquello que necesitas. Solo así conseguirás evitar tentaciones y resultará más fácil ir a la caza y captura de tus objetivos.
3. Lo barato, sale caro. ¡Qué sabio es el refranero español! Y es que solo porque algo esté hiper rebajado no quiere decir que sea buena idea llevártelo a casa. Si no lo necesitas, no te sienta especialmente bien o no tienes muy claro cuándo vas a ponértelo seguramente termine al fondo de un cajón condenado al olvido.
4. Ojo con la morralla. Hay marcas que aprovechan los períodos de rebajas para limpiar del almacén todo aquello que les ha sobrado no de esta primavera si no de la de 1999. Mucho cuidado e intenta que no te den gato por liebre.
5. Mira bien las etiquetas. Y no solo el apartado del precio, también la composición, la forma de lavado... si vas a comprarte un vestido por 10 euros y vas a gastarte 15 euros en el tinte está claro que no compensa.
6. Apuesta por los básicos. Esa camiseta blanca que siempre bien, una blazer que no te vas a quitar en todo el otoño o esos pantalones vaqueros que se convertirán en tu comodín deberían entrar directos es tu cesta de la compra.
7. ¿Qué va a llevarse? Adelántate a la siguiente temporada y hazte con aquello que vaya a ser tendencia. Las nuevas colecciones no tienen descuentos pero seguro que entre las prendas rebajadas encuentras joyas. Solo es cuestión de buscar.
8. Compara. No te lances a la primera oferta. Hacer las mejores compras requiere de tiempo y dedicación. ¿La forma más cómoda para hacerlo? Comprando online.
9. No te equivoques de talla. Quítate de la cabeza la famosa frase que siempre repites: "esto después del verano me sirve". No es que no confiemos en tu fuerza de voluntad pero cuando consigas que te suba la cremallera tal vez ya no te guste tanto. Cómprate solo lo que te sienta bien en el momento que te lo pruebas para no arrepentirte después.
10. Si no te convence... ¡no te lo lleves! Repetimos la máxima del punto 3, no hay que comprar algo solo porque sea una ganga. Hazte solo con aquello que te guste, la satisfacción será mayor.
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